Cuando Chusa Expósito, Carmela Valiño y Anxos Orgueira quisieron poner nombre a su proyecto, eligieron el de la hierba que más abundaba de forma natural en su finca del lugar de O Coto en Palas de Rei: la milenrama. Era el año 2001, y la suya la primera iniciativa de cultivo ecológico certificado de plantas medicinales y aromáticas en Galicia. Desde el inicio, estas pioneras compaginaron su formación en biología y farmacia con el saber tradicional de su comarca. Además, contaron con el asesoramiento del departamento de Producción Vegetal de la Universidade de Santiago de Compostela, a la que también sirven como ejemplo de aprovechamiento sostenible del territorio, y trabajaron con el Centro de Investigación Forestal Lourizán.

    Así, la milenrama abrió espacio a muchas otras hierbas: artemisa, caléndula, hinojo, llantén, hierbabuena, manzanilla, melisa, menta, tomillo, orégano o salvia brotaron en semilleros para crecer en la tierra, en un proceso de principio a fin en sus manos, del cultivo a la cámara de secado. Un poquito de A Ulloa infusionada en cada taza, para dormir mejor o para un resfriado, ¡esa es la idea! O también maceradas en aceite para nutrir nuestra piel con distintos oleatos, buenos algunos para las piernas cansadas, otros para el dolor de cabeza, y todos perfectos compañeros de las aguas del balneario de Pambre —donde son producto de cabecera—, y del puro placer, que también cuenta.

    Con esa voluntad de innovación que las ha hecho merecedoras de varios reconocimientos (entre ellos el Premio de Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales del Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino), en el año 2003 comenzaron la deshidratar la hortaliza del país por excelencia, el grelo, especial para hacer envíos, y así curar la morriña de los miles de gallegos esparcidos por el mundo.