El puerto de Celeiro y la merluza del picho son inseperables, igual que lo son, de una parte a otra de la ría, el Fuciño do Porco y el Monte Faro. La empresa Novomar, liderada por Fernando Bouza, atiende desde 1999 las necesidades de su flota, lo que pasa por hacer llegar este producto, que en el 2018 recibió el Premio Alimentos de España, otorgado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a las mejores pescaderías de la Península.
Si la merluza del pincho constituye cerca del 90% del negocio en Novamar, la empresa es también la única que marca un pequeño porcentaje de este producto con el sello de Galicia Calidade, una certificación otorgada por la Xunta en 2002 en la que la merluza de Celeiro fue pionera como producto de mar. En este caso, cada ejemplar tiene nombre y apellido, con datos del barco que lo ha pescado, así como de las fechas de la captura y de la subasta. La trazabilidad es total y el sabor que llega a la mesa, excelente.
Además, toda la merluza del pincho del puerto de Celeiro está amparada por la certificación de Friend of the Sea, que garantiza un producto sostenible, responsable y cuidadoso con el mar. Por eso, la flota pesca de noche y a una profundidad de 300 o 500 metros para no molestar a las aves marinas, o lanza sus sedales en caladeros no explotados del Gran Sol.
Para Fernando Bouza, su trabajo es como un acordeón, que sopla y se reparte cuando todo el mundo duerme en la lonja mariñana. Un acordeón de mar que es fiesta para las gentes de la zona. La celebración que exalta la merluza del pincho tiene la consideración de Fiesta de Interés Turístico Gallego. Ella es la estrella de los mares, la que lleva como nombre Celeiro, la que tiene apellido propio.